Liderar con aprecio usando elogios y mostrando reconocimiento

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30.09.2023
Laura Piana
Habilidades de liderazgo
Contenido

Hay muchas razones por las que un jefe decide que elogiar y mostrar reconocimiento no es la mejor solución; una de ellas es el miedo a la reacción del trabajador. Temen que el cumplido no sea bien recibido. En su defensa diremos que es cierto que algunas personas desconfían bastante de los elogios. En otras ocasiones, la falta de reconocimiento se debe también al tono general de la empresa: puede que simplemente estéis acostumbrados a comentar lo mínimo y estrictamente necesario y os baste con un «bien hecho», siguiendo la premisa de que, si no hay feedback crítico o negativo, entonces está todo bien. Sin embargo, la razón más común por la que las personas no hacen cumplidos es el propio ego: expresar admiración también implica pasar a estar en un segundo plano y dejar que la otra persona sea el centro de atención. Muchas veces es más fácil no decir nada y simplemente no comentar los logros de los demás. Pero elogiar el trabajo de tus empleados es algo muy importante.

Por qué es tan importante elogiar el trabajo de otros

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La mayoría de los empleados aprecian los elogios: quieren que sus jefes les informen de su buen rendimiento, les den un feedback sincero y muestren interés por lo que hacen. Encuestas recientes muestran que, para casi la mitad de los participantes, lo más importante son un buen ambiente de trabajo y el reconocimiento por parte de sus superiores. Por otra parte, la falta de elogios y reconocimiento en el mundo laboral no solo provoca la insatisfacción y desmotivación de los empleados, sino también la falta de vinculación a la empresa, lo que a su vez desencadena la marcha de muchos de ellos.

El elogio motiva y satisface, y refuerza el comportamiento deseado. Los que son elogiados también se esfuerzan más por rendir bien y estar a la altura de esos elogios. De este modo, los elogios producen efectos de aprendizaje: los comportamientos elogiados acaban por normalizarse y convertirse en una costumbre. Y cuando los empleados se comportan de forma ejemplar, a la larga resulta rentable para todo el departamento o toda la empresa. Los estudios demuestran que los elogios y el reconocimiento por parte de un directivo pueden aumentar el rendimiento de los empleados hasta en un 20 %.

Además, los elogios y el reconocimiento son buenas herramientas para mantener y profundizar las relaciones con el personal. Al fin y al cabo, las investigaciones lo demuestran: los líderes solidarios y agradecidos motivan a sus empleados a ayudar a sus compañeros cuando lo necesitan. De este modo, los elogios fomentan la colaboración en todo el equipo y garantizan un buen clima de trabajo.

El reconocimiento es el componente principal

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Si hay algo que es incluso más importante y apreciado que los elogios, es el reconocimiento. El reconocimiento y los elogios son dos componentes inseparables. Porque si tu deseo es ejercer tus funciones de líder de forma apreciativa, también tienes que aprender a elogiar y mostrar reconocimiento. La gratitud, la empatía y la confianza son otros factores importantes que caracterizan al liderazgo apreciativo.

No existe una definición universal que explique lo que es el reconocimiento. Según el diccionario de la RAE, «reconocer» es agradecer un beneficio o un favor recibidos, o admitir o aceptar que alguien o algo tiene determinada cualidad o condición. En definitiva, podemos decir que el reconocimiento es mantener una actitud positiva hacia otra persona. Se refiere al ser humano en su totalidad. Todos sentimos la necesidad de que reconozcan nuestro valor y nos alegramos de ser tratados con respeto y atención.

El libro «Reconocimiento: Lo que sus trabajadores quieren más que el dinero: Guía práctica para impactar personas a través del reconocimiento» de las hermanas Juliana y Tatiana Rueda Serpa también se centra en la importancia del reconocimiento. Está claro que el reconocimiento pone de relieve los puntos fuertes de las personas e incluso puede influir positivamente en su personalidad. Visto desde la otra perspectiva, la falta de reconocimiento puede tener un impacto negativo no solo en el rendimiento de un empleado, sino también en su bienestar y en la relación jefe-empleado. Cuando los empleados experimentan el rechazo, por ejemplo, cuando realizan una actuación sobresaliente sin que se les agradezca, se desmotivan rápidamente, sintiéndose insatisfechos. Puede llegar a ocurrir que se rindan internamente o incluso lleguen a renunciar.

Expresar aprecio: no solo por los demás, sino también por uno mismo

Hay muchas formas de mostrar aprecio y reconocimiento por los propios empleados o compañeros. Por ejemplo, puedes llevarles un café de la cocina u hornear un pastel para todo el equipo, o hacerles un cumplido sincero sobre su carisma, interesarte por sus deseos, necesidades y preocupaciones y muy importante: mantener un tono amigable y respetuoso con ellos. Echa un vistazo a nuestro curso en línea sobre el tema reconocimiento: «Comunicarse con respeto y agradecimiento». Por cierto, la comunicación apreciativa también incluye la escucha activa, una técnica en la que percibes y procesas conscientemente lo que dices y transmites a tu interlocutor la sensación de estar realmente con él o ella y con el contenido de lo que se dice. Se trata de mostrar interés no verbal, por ejemplo, mediante asentimientos ocasionales, una postura que denote atención o el contacto visual con la otra persona, y de resumir lo que se ha dicho con tus propias palabras. Una sonrisa de vez en cuando, un encuentro a la altura de los ojos, pequeñas sorpresas y atenciones: no es nada difícil mostrar aprecio a tus semejantes. Como ves, mostrar aprecio es mucho más que enviar a los empleados una tarjeta en Navidad agradeciéndoles su contribución.

Por cierto, no solo debes elogiar y mostrar reconocimiento de cara a los demás, sino también contigo mismo. Date una palmadita en la espalda cuando hayas hecho algo especialmente bien. Y tómate un respiro cuando cometas un error o sientas que no sabes hacer algo: cometer errores y tener debilidades es humano y no es motivo para dudar de uno mismo. En su lugar, redirige tus pensamientos en una dirección constructiva: ¿cómo puedes trabajar en ti mismo? ¿Qué puedes cambiar a partir de ahora? ¿Cómo puedes asegurarte de que esto no vuelva a ocurrir en el futuro?

Elogiar correctamente: ¿cómo se hace?

A la hora de elogiar o hacer cumplidos a alguien, hay algunas reglas importantes que debes seguir para asegurarte de que tu elogio o cumplido no cae en saco roto.

  • No hagas elogios o cumplidos sin ton ni son. Es decir, no debes elogiar a todo el mundo solo por el mero hecho de elogiar. En su lugar, piensa detenidamente cuándo y a quién es apropiado elogiar. Porque demasiados elogios, incluso por los más pequeños logros, devalúan su significado y se pierde su función. En ese caso, ya no puedes controlar el comportamiento de forma selectiva y creas confusión en lugar de motivación y satisfacción.

  • Los elogios deben poder comprenderse siempre. Por lo tanto, lo mejor es que formules específicamente por qué y con quién estás agradecido, o qué ha hecho especialmente bien tu homólogo. Responde con elogios a la pregunta: ¿qué ha hecho especialmente bien tu homólogo?

  • Los elogios deben incluir siempre una razón por la que el logro ha sido especialmente importante. Esto objetiva el elogio y no pone en primer plano las preferencias personales, sino el hecho de que el rendimiento contribuye en algo a los objetivos de la empresa.

  • Describe cómo te sientes respecto a lo que ha hecho tu homólogo: ¿te ha puesto contento? ¿Te gusta? ¿Te enorgullece? Dile a tu interlocutor lo que sientes cuando piensas en ello. Esto hace que el elogio sea más tangible para tu homólogo.

  • Los cumplidos deben hacerse lo antes posible. Por lo tanto, haz el cumplido directamente después de haber visto cómo tu homólogo hace algo que está bien o después de que otra persona te lo haya contado.

  • Los cumplidos deben hacerse siempre a la altura de los ojos, no desde una posición de superioridad. Cuando vayas a elogiar a alguien, no le des un sermón, sé más bien respetuoso y agradecido.

  • Los elogios deben referirse siempre al comportamiento, no a las cualidades. Tus empleados no influyen en su propia personalidad, pero sí en su comportamiento.

  • La honestidad y la autenticidad son dos valores muy importantes, también a la hora de elogiar. Por lo que únicamente debes elogiar si realmente crees en lo que estás diciendo. No debes hacerlo con ánimo de lucro ni para obtener un beneficio. Es mejor elogiar simplemente por el mero hecho de elogiar, por ejemplo, para complacer a la otra persona: ese es probablemente el motivo más noble.

Si quieres elogiar a alguien por el buen trabajo que ha hecho, podría ser así:

Un miembro de tu equipo acaba de conseguir un proyecto inesperado y te lo cuenta durante la pausa para comer. Podrías hacerle un cumplido de este estilo: «¡Increíble, Carlos! Con lo difícil que es obtener un proyecto de ese cliente. Te agradezco mucho todo tu trabajo. Me imagino que no ha sido nada fácil. Y gracias a este pedido hemos superado incluso nuestro objetivo mensual. Es estupendo contar con un trabajador tan dedicado como tú, gracias y enhorabuena».

Otro ejemplo:
Pongamos que tu nueva empleada ha realizado una formación de liderazgo con un cliente importante. Los encargados hacían preguntas difíciles y no eran muy amables. Tú has asistido a la formación para hacerte una idea de cómo se desenvuelve tu empleada y estás muy impresionado por las aptitudes y actitud que desempeña durante el evento. Podrías expresar tu gratitud y reconocimiento de la siguiente manera: «Me parece encomiable cómo has resuelto la situación. Me quedé muy impresionado al ver la seguridad con la que abordaste las preguntas difíciles y la calma que irradiabas como formadora. Estoy seguro de que los participantes pudieron sacar mucho provecho de esta formación y también se beneficiarán de estos conocimientos en el futuro».

Elogiar y mostrar aprecio: ¿cuándo es útil?

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Los elogios son idóneos para situaciones en las que los empleados logran objetivos exigentes y superan retos especiales. Por ejemplo, cuando empiezan a formarse en una nueva materia con la que no estaban previamente familiarizados, o cuando asumen una tarea adicional durante un tiempo porque un miembro del equipo está ausente. Los elogios también son apropiados si el resultado no cumple las expectativas, pero los empleados han hecho un gran esfuerzo porque saliera bien. Esto les indica a tus empleados que tú los ves y reconoces su trabajo.

Aunque hay que saber dosificar bien los elogios, el reconocimiento nunca está fuera de lugar. Utilízalo siempre que puedas. Tratarse de forma benevolente y respetuosa es un requisito previo importante para la coexistencia pacífica y la cooperación eficaz. Independientemente de lo que hables con tu empleado o del momento en que trates con él, el reconocimiento debe conformar cada una de tus acciones. Esto empieza con un saludo agradable por la mañana y termina con un enfoque apreciativo y respetuoso incluso en situaciones difíciles como conflictos o críticas.

«Si te respetas a ti mismo, es más fácil respetar también a los demás»
Aceptar correctamente los elogios

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Elogiar a alguien puede ser todo un reto, cierto. Pero aceptar los cumplidos tampoco es tarea sencilla. Uno reacciona avergonzado, hace oídos sordos o intenta escapar de la situación lo antes posible. En muchas ocasiones, suele ser la baja autoestima la razón por la que los comentarios positivos resultan desagradables. Pero no tiene por qué ser así: la próxima vez que alguien te elogie, intenta relajarte y alégrate por el comentario. Simplemente disfruta del momento, porque es tu momento. Es agradable que alguien haya visto tu esfuerzo y dedicación y te demuestre tan claramente que aprecia tu trabajo. Con un simple «Muchas gracias» puedes demostrarle a la otra persona que estás muy contento por el comentario y que te sientes apreciado. Que le des las gracias tampoco significa que tengas una deuda de gratitud de por vida, sino que simplemente estás agradecido por sus palabras en ese preciso momento.

Para concluir esta entrada del blog, tenemos preparada para ti una cita del pianista estadounidense Andor Foldes: «El elogio es una poderosa fuerza motriz cuya magia nunca deja de hacer efecto». Es un buen resumen, ¿no te parece?

Puedes obtener más información sobre los temas del elogio, el reconocimiento y el agradecimiento en nuestro curso «El elogio como recurso de liderazgo: mostrar aprecio y reconocimiento» (por ahora únicamente disponible en la versión alemana).

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